lunes, 28 de septiembre de 2009

Berna (Suiza) Festival Internacional de Theatersports


Los pasados cuatro y cinco de septiembre Impromadrid estuvo en Berna (Suiza) invitado por la compañia TAP para participar en el Festival Internacional de Theatersports.
El Festival se celebró en un pequeño teatro llamado La Cappella (que antiguamente era una iglesia, a respecto de lo cual el señor Rueda dijo: "está bien que se utilicen las iglesias para estas cosas")
Es un festival pequeño (Berna tiene 350000 habitantes más o menos) al que fueron invitadas otras dos compañias, una alemana: "Als wir" y otra Suiza pero francófona: "Les peutch". (Para el que no lo sepa en Suiza hay tres idiomas oficiales y a cien kilómetros de distancia se pasa del francés al alemán o al italiano con naturalidad. Para complicar más las cosas sabed que de los dos representantes de la compañía alemana, uno era ruso. Podéis imaginar el lío de lenguas.)
Durante el Festival cada compañía invitada jugaba contra la compañía anfitriona un partido de Theatersports (la versión Johnstone del Match) de dos contra dos y el último día todos jugaron un "Maestro". El "Maestro" es un espectáculo individual, en el que sólo hay un ganador.
Impromadrid ganó su partido y en el maestro quedaron segundo y quinto de once, lo que no esta nada mal sobre todo teniendo en cuenta que no entendiamos absolutamente nada de las explicaciones que el maestro de ceremonias daba al publico (todos alemanoparlantes) hasta que nos lo traducían en un precario ingles (o una señora del publico que hablaba castellano que nos gritaba lo que teníamos que hacer).
El festival fue un placer, tanto a los grupos como al público les encantó nuestro trabajo, Berna nos trató como a reyes y practicamos nuestro don de lenguas y gentes.
Por mi parte contaros el penalti que se tiró el señor rueda. Era el mismo título para los seis jugadores: "Afeitarse", Rueda era el quinto. Los cuatro primeros hicieron buenas impros de gente con problemas para afeitarse o de pelos largos e irrompibles (comedia absoluta). Llega el señor Rueda, se tira al suelo cual yonqui de supermercado, hace entender perfectamente al público que tiene hambre y despacito se arranca un pelo de la barba y empieza a comérselo. Una sensacion entre la pena, el asco y la sorpresa por el ingenio se apoderó del publico. Se oyó un "Ooooh..". Rueda se salvó, claro (si perdía se iba del espectáculo).
A veces se nos olvida pero en un espectáculo de impro, ademas de la coñita brava se pueden meter coñitas duras. Funcionan y se agradecen. Da igual en qué idioma sea...


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